El amor por la naturaleza obligó a Cecilia Samaniego y a su esposo, Neftalí Hernández, a transmitir esa pasión a otras personas, a través de la venta de flores y plantas.
Un año tiene esta pareja de haber ingresado al negocio, y Neftalí quedó sin trabajo hace cuatro meses. Esto ha sido un respaldo para los gastos de la familia.
Es tanto el amor que estas personas sienten por las plantas, que diariamente cuando la señora Cecilia sale de su trabajo, a las 4 de la tarde, se dedica a cuidarlas, puesto que tiene un "mini vivero" en su hogar.
ELLOS VAN DONDE EL CLIENTE
La pareja traslada su pequeño vivero en un pick up rojo a varias barriadas del sector Oeste, y los domingos siempre está en las afueras de la Lotería, en la avenida Justo Arosemena, mostrando al público una gran variedad de flores y plantas.
Entre las plantas que tienen a la venta están: las dalias, las begonias, rosas miniaturas, helechos, rudas, papos y otros.
Cuenta Cecilia que entre las plantas que más venden está la ruda y la cruz de caravaca, pues dice que éstas sirven para recoger las malas vibras de los hogares.
Además de vender plantas, Cecilia y Neftalí también venden abono y tierra, hacen jardinería y dan consejos a las personas sobre cómo deben cuidar sus plantas.
Este negocio ha dado tan buenos frutos, que por semana se pueden hacer entre 100 y 200 balboas. "Nos movemos de un lado para otro para hacer una meta por día", comenta la señora Cecilia.
PRECIOS
Son accesibles y hay para todos los bolsillos. Hay desde un balboa hasta 6 balboas.
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