Saca provecho de las lecciones. Ernestina Amador de Alfaro, de 68 años, es oriunda de Río Azúcar, Narganá, y de niña veía como su abuela y madre cosían molas para vestir. Aunque ella aprendió este arte hace diez años lo hace bien y hasta confecciona pulseras con mostazillas (chaquiras).
SE LAS INGENIA
Ella es una de las damas que cose en el taller que está en la comunidad de Kuna Nega, corregimiento de Ancón, a donde asisten otras mujeres y adolescentes.
Debido a que sabía de costura le fue fácil aprender a coser molas. Ella, a través de la costura, se entretiene y relaja, después de un día de labores en el hogar.
A Ernestina una mola le toma hasta dos meses en hacerla, pues en sus momentos de ocio es que se pone a crear las molas y que ha logrado vender.
OTRO TALENTO
Expresó que su fuerte es hacer aretes, pulseras, collares y sortijas. "La verdad que el precio de las chaquiras ha aumentado, porque un paquete que trae unas 15 cuentas antes estaba en 25 centavos y ahora está en 40 centavos", dijo Ernestina.
Afirmó que muchas veces las personas se quejan del precio de los juegos de chaquira, pero es que si el precio del material sube, también tiene que subir el de las bisuterías.
En una bandeja, la artesana tenía parte de sus confecciones que mostró orgullosa, pues los colores y diseños de las prendas eran muy bonitas. "La verdad que siempre estoy inventando modelos distintos y se las doy a mis sobrinas para que las usen", aseguró Ernestina.
Ella expresó que se siente orgullosa de su etnia, la kuna, y que espera enseñarles a todas sus generaciones.
EJEMPLO
A Ernestina se le aplica muy bien el refrán de querer es poder, pues aprendió a hacer molas y pulseras de chaquira.
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