El pequeño, que estudia en el turno de la mañana en la escuela José Domingo Espinar, fue llevado a su residencia, ubicada en la barriada La Castellana, en El Crisol, donde lo durmieron con una sustancia. Lo raro del caso y que las autoridades tratan de investigar es con qué fin, pues a pesar de que registraron la residencia, sólo se llevaron una caja con prendas de fantasía y la puerta no fue forzada.

Según vecinos, el menor estaba atado de manos y dio aviso de lo sucedido.

En medio de la preocupación, sus padres revelaron que esta no es la primera vez que facinerosos irrumpen en su hogar, ya que hace tres semanas entraron a robar. Ellos le dan gracias a Dios de que a su niño no le hicieron nada y esperan que las autoridades puedan resolver este hecho que ha puesto en riesgo a su familia. Temen que ambos casos estén ligados.

AFECTACIONES
En tanto, el psicólogo Abigaíl Velásquez recomendó que en situaciones como estas, los padres deben buscar pronta atención de un especialista, sobre todo, apoyar a la víctima emocionalmente para evitar la fobia social y que el niño poco a poco vuelva a la normalidad.