Lo lleva en la sangre.
Este deporte que es capaz de brindar muchas alegrías y tristezas se convirtió en el amor a primera vista para Miguel Guevara.
El oriundo de Concepción, en el corregimiento de Juan Díaz, comenzó en el balompié jugando en los campeonatos de las escuelas primarias, representando a la Escuela Nueva Concepción.
Luego jugó para el Elena Ch. de Pinate, hasta que se graduó de tercer año. Pasó al Artes y Oficios, donde jugó hasta que salió de sexto año.
Da ahí estuvo a la Primera División de Panamá. "Yo siempre he participado en el fútbol; cuando me gradué, jugué para el Plaza Amador y después para Barraza, donde siempre nos destacamos dentro del terreno", manifestó.
FAMILIA
A pesar de que en la familia no hay tradición futbolística, siempre se inclinó por esta disciplina. "Sí, parece mentira, siempre con mis hermanos Rubén "Tátara" y Jorge jugamos este deporte con mucho cariño, haciéndolo bien hasta la fecha".
ANECDOTAS
"Recuerdo una vez cuando jugaba con el 'Tátara' en el Unión de San Miguelito que me fracturé la pierna, por lo que no pude jugar en la ANAPROF. Fue algo triste para mi, pero seguí adelante", relató Guevara.
Algo que tiene muy presente es por la fama de su hermano, hay quienes los molestan de que uno era mejor que otro o al revés, "pero eso a mí no me importa, él es mi hermano y nos gusta el deporte", expresó.
ILUSION
Este carismático jugador está cumpliendo una etapa de su vida que lo llena de mucha alegría, que es jugar en la Liga Máster 50. "Sí, me llena de orgullo jugar aquí, porque siento que estoy fuerte, entrándole duro al balón todavía, a pesar de la edad que ya tengo", declaró.
MENSAJE
"Yo sólo les digo a la juventud que dejen la violencia, las armas, la droga y que estudien y hagan mucho deporte para que sean personas de bien", concluyó Guevara.
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