El alumno estaba erguido, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. Pero el profesor le preguntó: ¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes? El alumno quedó desconcertado y contestó en tono despectivo: "Por supuesto que no".

El profesor explicó que "cuando alguien intenta ofenderme, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar".

No entiendo a qué se refiere. -Dijo el alumno confundido.

Muy sencillo -replicó el profesor- tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad. Muchacho -concluyó el profesor en tono gentil- tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón, pero de mí depende lo que yo cargo en el mío". Cada día, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón, y lo que elijas lo tendrás hasta que tú decidas cambiarlo. Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.

"No digas a Dios que tienes un gran problema, di a tu problema que tienes un gran Dios".