Por una gran Navidad en familia. Todos los años, dedican su mes de vacaciones o el tiempo de licencia que piden, para trabajar en las Aldeas Gago, en el proceso de venta de arbolitos navideños.
Esta labor les garantiza una buena remuneración para pasar una Navidad como lo manda Dios, una buena cena, juguetes para sus hijos y regalos para toda la familia.
Desde hace catorce años, Jorge Rodríguez, Luis Carlos Matos, Luis Quesada y Keneth Quesada, junto a otros cinco familiares, viajan desde Chiriquí, lugar donde residen, para trabajar en la entrega, preparación y venta de arbolitos en las Aldeas Gago, desde el 21 de noviembre hasta el 21 de diciembre.
El resto de los meses se dedican a otras actividades en Chiriquí, que van desde operadores de equipo pesado hasta ingenieros, puesto que es una tradición hacer un alto y con espíritu navideño dedicarse a esta actividad.
Luis Carlos contó que este trabajo lo heredaron de su tío Jaime Vargas, quien trabajó toda su vida con los hermanos Gago, y como era de confianza, los recomendó. Allí empezó la aventura.
LABOR
El trabajo consiste en cargar los arbolitos desde las bodegas de almacenamiento, cortarles el tronco como lo pidan los compradores y amarrarlos bien fuerte al auto.
Según estos orgullosos chiricanos, ellos se sacrifican durante un mes sin ver a su familia; pero cuando regresan a sus casas, pueden hacer las compras navideñas y aún les queda para saldar algunas deudas.
Se sienten muy felices y agradecidos con el Todopoderoso, por todos estos años que les ha dado este trabajo.
POR AMOR
Durante este mes, su jornada empieza a las 4 a.m. y se hospedan donde un tío. Todo lo hacen por su familia.
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