Michael Martínez, paciente del hospital, llegó a pasos agigantados a la fiesta con una enorme sonrisa en sus cara. Él no tardó en ponerse en ambiente y participó de todas las actividades que programaron, a pesar de la canalización que llevaba en su mano izquierda. Mientras que Michael Nieto, otro niño que disfrutaba el agasajo, demostró su talento en el dibujo.

Priscila Mckanzie, directora de laboratorio, dijo que es una manera de hacer aportes a los niños del hospital haciéndolos sentir como si estuvieran en sus casas, mientras reciben su tratamientos médicos.

SOLIDARIDAD
Los jóvenes voluntarios de SmithKline colaboraron en la fiesta entregándoles vinchas de reno a los niños y bolsitas con pastillas.

Además, hubo dinámicas, bailes, cuenta cuentos, manualidades y golosinas.

Cada padre de familia recibió libros de cuento para que les enseñen a sus hijos sobre la importancia de la lectura.