Amor incondicional. La señora Irma Rodríguez solo cuenta los minutos para que se hagan las 6: 00 p.m. y salir rápido de su trabajo como técnica en enfermería para llegar a su casa, ubicada en Calle E Paraíso, San Miguelito.
¿Cuál es la razón? Su hijo Neftalí Gómez, quien desde que llegó al mundo le ha cambiado la vida. Él es su prioridad.
Neftalí padeció de un sufrimiento fetal, según le diagnosticaron los doctores a Irma. Esto le provocó una parálisis cerebral que al momento en que se lo informaron "se me vino el mundo encima". Su primera reacción fue: "Mi hijo va a sufrir".
Por esta razón, Irma se armó de fuerzas y desde el nacimiento ha luchado con garras para sacar a su hijo adelante. Para ella no hay almacén, baratillo ni fiesta que la detenga ni la haga entretenerse después del trabajo.
"Él me necesita y yo debo estar con él siempre", agregó la señora, quien este fin de semana por primera vez pudo decir "bienvenidos a la fiesta de mi hijo Neftalí y sus amigos". Sucede que Nefatlí es parte del Programa de Servicio Educativo y Terapeútico al Hogar (PROSETH), que pertenece al Instituto de Panameño de Habilitación Especial (IPHE), y que este mes cumplieron 25 años de atención a pacientes. En casa de Nefatalí y su mamá fue la fiesta.
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