Lágrimas de sufrimiento por las condiciones de extrema pobreza en que viven varias familias en la ciudad de Santiago, provincia de Veraguas, es la muestra palpable de que en el Día de la Madre no hubo un bocado para celebrar.
Esta vez no fue necesario ir a las áreas apartadas de la provincia, para conocer las calamidades por las que atraviesan personas de escasos recursos, pues a pocos minutos de la ciudad de Santiago viven Inés, Gladis y María Rodríguez, hermanas con un sinnúmero de necesidades.
Inés Rodríguez, una de las afectadas, mostró el interior de sus viviendas, donde era poco lo que había, sólo un fogón vacío sin esperanzas de preparar alimentos, porque día tras día soportan el hambre, al igual que sus inocentes criaturas.
La señora Inés manifestó que no tienen esposos que las ayuden con el sustento del hogar y aunque a veces trabajan lavando y planchando ropa de algunos vecinos, el dinero no les alcanza para las tres comidas del día.
Aseveró que lo que más les preocupa es que los niños ya se están enfermando, producto de las hambre que pasan, e incluso, padecen de desnutrición.
Solicitó ayuda a las autoridades, para que les donen bolsas de alimentos y así sus niños puedan acostarse sin llorar.
ABANDONO
La casa en donde viven no cuenta con servicios de electricidad ni agua potable.
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