En los niños, los juegos de mesa estimulan desde funciones simples, como la agrupación y la discriminación, hasta capacidad como la memoria, la concentración y la atención.

Estos juegos son, además, un medio para que las familias compartan juntas su tiempo libre, permitiendo una mayor integración de la misma.

Si decide comprar algún juego de mesa para un niño, éste debe ser de acuerdo con su edad para evitar que el niño no se frustre al no comprender la regla del juego.

Para los más pequeñitos, se recomiendan juegos sencillos.