La Navidad está en su puerta. ¿Ya ha pensado cómo la pasará? Es el momento para demostrar y enseñar a la familia lo importante que es. No la desaproveche, le hará muy bien a todos, porque el mes de diciembre se nos presenta para tener una disposición orientada a todo lo bueno, a todo lo que construye, a todo lo que da alegría. Cristo y su nacimiento es la razón de esta inmensa alegría que se desborda.
Dedique la Navidad a sembrar amor en su familia de la siguiente manera:
La noche de Navidad debe comenzarla con buenos propósitos y junto a su familia. Ese día dedíqueselo a sus hijos, esposo, esposa, en fin, a todo aquel que esté cerca de usted; de esta forma iniciará una tradición de amor y fe.
Comiéncela con una oración donde pidan por el bienestar de todos y de sus semejantes.
El 24 de diciembre vaya a misa con los suyos y luego, cuando estén en casa, siéntense junto al árbol de Navidad y reflexione con ellos sobre el verdadero sentido de la Navidad.
Hábleles a sus hijos pequeños de lo que es el perdón y busque si ellos guardan algún sentimiento contra alguien. Motívelos a perdonar con su amor de niños.
Cuando sea la hora de abrir regalos, hágalo junto a sus hijos; sentirán el gozo de ver a sus padres con la misma alegría que ellos.
Acompañe a sus hijos esa noche a disfrutar de sus regalos, sea dentro de la casa o afuera.
Incluya en su lista de regalos a su parroquia, una comunidad de religiosas, un asilo de ancianos y su empleada de servicio. Haga algo especial junto con sus hijos pequeños.
Hornee galletas de Navidad para cada uno de sus vecinos, llévelas junto a sus hijos.
Lea en familia el pasaje del nacimiento de Jesús que aparece en el Evangelio de San Lucas.
Si alguien de su familia no vive su fe como debiera, no lo obligue, ni se enoje. La mejor forma de hacer apostolado es con su comportamiento.
|
 |
ADEMAS EN ESTA SECCION... |
|
|
|