Llegó con la intensión de dar a luz a una hermosa niña, y resultó ser una de las tantas víctimas por negligencia, pues salió con quemaduras de segundo grado. Eneida Chirú es una mujer de 28 años, que el pasado 26 de diciembre fue recluida en el Complejo Hospitalario Arnulfo Madrid, para esperar la llegada de su nuevo bebé. A las 11:00 de la noche la subieron a la sala de operaciones. En el momento que iban a iniciar la cesárea, empezó a sentir un ardor en la pierna izquierda. Su dolor se hacía más fuerte, a pesar de que la acababan de anestesiar. Pero el doctor que la atendía, de apellido Pertuz, no le hacía caso, por más que ella se quejaba. Eneida no aguantó el dolor, y desde la camilla se tiró al piso, y en ese momento fue cuando se dieron cuenta de que estaba toda quemada entre las piernas. Según Eneida, uno de los aparatos que usan para hacer la cesárea hizo un corto circuito y tocó el plástico que le tenían puesto, se estaba incendiando, creándole quemaduras severas.
Ella está consciente de que gracias a Dios la anestesia le empezaba a hacer efecto cuando logró sentir las quemaduras, porque sino también su hija hubiera podido estar en las mismas condiciones, o inclusive no estuviera viva.
Hace ya unos 12 días de este incidente y desde entonces se mantiene en un cuarto en la Especializada, recibiendo las atenciones y sin poder disfrutar de la compañía de su niña.
"Yo vine por una cesárea, y hoy en día me encuentro con quemaduras de segundo grado", dijo.
Lo único que quiere es que se hagan responsables de todo lo que conlleve su curación y las secuelas que esto podría traer. Esta joven madre no descarta interponer una denuncia para frenar las negligencias en el Complejo.
PARA COLMO
Estando en el hospital se enteró de que su contrato en el Ministerio de Salud, donde tiene ya unos tres años de laborar, no le será renovado.
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