Madre e hijo dormían cuando cuatro sujetos irrumpieron por la puerta principal de la residencia, pero antes envenenaron a los dos caninos para poder ingresar con mayor calma.

La señora, de 61 años y su hijo, de 29, fueron amordazados, atados de manos y pies, mientras los delincuentes se dieron gusto robándoles dos mil dólares en efectivo, prendas de oro y un equipo de sonido.

No fue hasta a las 4: 00 a.m., cuando las víctimas se pudieron desatar y dar aviso a la Policía, pero ya era tarde, pues no había rastro de los delincuentes.

Sólo quedó el cuerpo de los perros como evidencia de lo sucedido.