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100 años y sigue curando gente

Redacción | DIAaDIA

A sus 100 años, cumplidos el pasado 30 de diciembre, el señor Ismael Arosemena sigue siendo "El Médico del Pueblo", especialmente de Pocrí, Aguadulce, pero también de todo aquel que lo necesite, porque, según dijo, "mi labor es social, no comercial".

Don Ismael es un médico empírico que empezó labores en 1927, cuando entró a trabajar en el Hospital Santo Tomás como aprendiz de laboratorio, pero, en ese tiempo, se les daba la oportunidad de reemplazar a los médicos practicantes y los rotaban. "Nos mandaban cuatro meses para una sala, luego cuatro meses en otra sala y así aprendimos un poquito de todo, llegué a conocer el cuerpo humano muy bien; además, abría cadáveres como ayudante del forense: "Abrí más de 200 cadáveres".

Todo esto lo aprendió, porque los médicos de la época "eran más abiertos, nos explicaban todo y, cuando salí del (Hospital) Santo Tomás, iba muy bien preparado, esto fue por el año 1932", relató el señor Ismael.

Después, tuvo la oportunidad de ingresar al muy conocido Hospital Panamá, el cual era considerado el "hospital de los ricos" de ese entonces; allí estuvo año y medio y luego le salió una plaza en el Hospital Marcos Robles de Aguadulce como asistente de cirugía; pero lo botaron y quedó en el aire. Sin embargo, como dice él, "el destino me tenía deparado seguir con esta profesión", y un domingo, un señor de Capellanía lo buscó para que viera a un hermano suyo que estaba muy delicado y fue a verlo; le dijo que tenía pulmonía, le recetó y lo acompañó toda la noche y el señor se salvó.

El señor, muy agradecido, se encargó de divulgar su acción y le comenzaron a llegar pacientes de todas partes, especialmente de los campos. Don Ismael recuerda que este caso ocurrió un 26 de octubre de 1938, porque fueron los primeros 27 pesos que se ganó como médico empírico después que lo despidieron.

Es muy enfático al decir que "yo no escogí trabajar esta profesión por plata, yo solo cobraba 15 reales y hoy cobro cuatro balboas, pero me siento orgulloso, soy pobre, no tengo nada, pero mi satisfacción es que he hecho una labor en la comunidad; mi satisfacción no es tener una 4x4, un chalet de lujo ni una cuenta bancaria".

Recordó que ha tenido que atravesar los campos a caballo, salía a las 5:30 a.m y regresaba a casa al caer la tarde, "pasé muchas necesidades, caminaba de tres a cinco horas para ver a un paciente y a veces tenía que esperar a que les pagaran su pequeño salario en el ingenio para que me pagaran".

El señor Ismael tiene su opinión de la medicina actual y adujo que "los médicos panameños salen muy bien preparados, pero la medicina en Panamá se ha convertido en una organización política y las consultas se han comercializado, son muy caras". Añadió que tampoco justifica que un médico atienda 27 pacientes al día; "los médicos no son el problema, el problema es el sistema", sentenció Don Ismael.





 
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