El pueblo los pide a gritos, y casi están a la vuelta de la esquina. Tanta es su popularidad, que se dice que los carnavales son las fiestas de los panameños. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de tanto desenfreno durante cuatro de días de Carnaval?
Sobre este tema, el Obispo Auxiliar de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa, invitó a divertirse sanamente. Pidió que durante estas fiestas, ningún panameño o panameña pierda su dignidad como persona. "Esa es la clave", afirmó.
"Lo malo es cuando la excusa de la fiesta degenera y se pierde la dignidad. Rescatemos las manifestaciones públicas de la alegría, pero siempre respetando la vida humana", dijo el Monseñor.
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