Necesita una mano amiga. A sus ocho años, Samuel Panezo conoce lo que son las dificultades, como el vivir en la pobreza y ser víctima de la discapacidad.
Un piso de tierra es el mejor lugar para jugar junto a sus primitos, que en medio de su inocencia no aprecian la diferencia y problemas que tiene su pequeño primo. Y es que para divertirse, lo que menos importa es si la ropa se ensucia o si él no puede caminar.
Samuelito padece de hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido en el cerebro) y no está en la escuela. "Él hace la manera de caminar, pero no puede", relató su abuelo Melesio.
Contó que Nery, la madre del niño, incluso lo llevó a la Presidencia, "porque la esposa de Martín (el mandatario) tiene una niña discapacitada y ellos dijeron que iban a ayudarlo, pero nunca lo hicieron".
Nery cuenta que no ha podido llevar a Samuelito a las terapias que necesita, porque su esposo no tiene trabajo fijo y les hace falta dinero para transportarse. Para empeorar, en su comunidad, el sector 10 de Gonzalillo, no hay vías de acceso ni agua potable.
Cada cierto tiempo ella lo lleva a sus citas médicas, pero si no va a las terapias es por el gusto, confesó el abuelo.
Sus defensas están bajas, suele llenarse de granos, e incluso, el día de la visita de DIAaDIA tenía fiebre.
La familia de Samuel, que pertenece a la etnia Emberá, fue beneficiada con la construcción de una casa por parte de la fundación "Estamos Unidos", que les ha ayudado grandemente, pero, a pesar de eso, el niño requiere otras comodidades por su enfermedad, por lo que una silla de ruedas o un colchón para dormir serían de gran ayuda.
APRENDIZAJE
Samuel estuvo en la escuela. Allí hasta se aprendió los colores, pero lo tuvieron que sacar porque era difícil transportarlo.
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