La profesión de negociante la lleva en la sangre. Desde niño, Salvador Arenales se ha dedicado a la venta y la buhonería.
Muy orgulloso dijo que a él nadie le enseñó a ser negociante y que es la alternativa para llevar el sustento a su hogar.
Arenales no sólo se ha dedicado a la venta de buhonerías, también en otras ventas de pixbaes, bollos, chichas y toallitas en los semáforos de la ciudad.
Nos comenta que el año pasado, durante el mes de diciembre, le surgió la idea de vender artículos en un pequeño puesto de buhonería y así fue como empezó invirtiendo cinco balboas en utensilios para la venta en la Avenida Central.
Arenales es un emprendedor, ya que aprovecha todo su tiempo para vender de todo, porque además de buhonero también vende pixbaes y bollos.
También a la llegada del invierno compra varios paraguas y los vende a dos balboas.
A pesar de la difícil situación, Arenales siempre positivo indica que uno no se da por vencido "hay que perseverar y tener en cuenta que Dios es primero porque sin Dios no somos nadie en el mundo".
Actualmente, vive con su hijo en Vacamonte y sale muy temprano para instalar su negocio desde las 6 de la tarde hasta las 9 de la noche.
"Hay que saber sobrevivir en el mundo de las ventas, porque cuando llega el invierno se vende paraguas y cuando deja de llover se vuelve nuevamente a la buhonería", dijo.
Arenales aprovechó para dar un mensaje al Gobierno actual: "dejen trabajar a los buhoneros en la Avenida Central, porque se prometió que "sí se puede", o de lo contrario, que me consigan un trabajo y dejo la buhonería".
SUEÑOS...
El mayor sueño de Arenales es que algún día pueda comprar una casa.
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