Gelo interpretó con un Honner Corrona III, mismo modelo de acordeón con el que se han escrito la historia de la música típica.
Marcia Tuñón
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Lo más bueno de un baile típico es su final, cuando se entona el Mogollón y comienza el alboroto.
¿Pero, saben ustedes qué es el Mogollón? Bien, ésta es una cumbia cerrada instrumental ejecutada con acordeón, creada por el santeño Sacramento Córdoba hace más de medio siglo y que popularizó el más grande de los acordeonitas, Rogelio "Gelo" Córdoba. Hoy, la pieza es considerada como el himno de la música típica en homenaje a "Gelo", quien murió el 5 de febrero de 1959 en un aparatoso accidente, mientras viajaba desde el interior a un "toque" en los carnavales capitalinos. Ese mismo año Manuel Fernández Zárate, creador del Festival Nacional de la Mejorana, organizó dentro del evento y con el nombre del artista, el primer concurso del acordeón, como un homenaje póstumo. Todo ello dio pie a que todos los acordeonistas interpreten el Mogollón, como cierre de una noche bailable.
ORIGEN DEL MUSICO
En 1950 la música popular de los panameños era ejecutada con el violín y la mejorana. Eso cambió un día, con la aparición de Gelo, quien revolucionaría el sonido del "típico" para siempre, gracias a su dominio del acordeón.
Gelo Córdoba nació el 16 de marzo de 1916, en la pequeña comunidad de El Paradero, cercano al poblado de Mogollón, distrito de Macaracas, provincia de Los Santos.
CURIOSIDADES EN TORNO DEL MOGOLLON
Se dice que Gelo Córdoba le prometió a su tío Sacramento, que cada vez que moría un niño el poblado "Mogollón" tocaría la pieza. Dando así inició al conjunto "Plumas Negras", ojo no el de Victorio Vergara.
Siempre que hay un mano a mano bailable entre Alfredo y Dorindo, los músicos de Alfredo se pasan al conjunto de Dorindo y tocan el mogollón lo que se ha convertido en tradición.
Se dice que Gelo era uno de los músicos más serenos que se ha visto en tarima, pues tocaba el acordeón sentado en taburetes. Se dice además que encendía un cigarrillo y colocaba un vaso de cerveza en la parte de arriba del acordeón mientras interpretaba la pieza y sin que se derramara una sola gota, lo más curioso: no terminaba la pieza hasta que el cigarrillo no se acababa.
Cada agosto en las fiestas de Santa Rosa de Macaracas, Alfredo Escudero pasea todo el pueblo montado en una yegua, mientras toca el mogollón.
AGRADECIMIENTO
Esta historia llega a ustedes gracias a los conocimientos de Junier Vargas, locutor y animador; Jorge Aquiles y el reconocido acordeonista Dagoberto "Yin" Carrizo