Al igual que otras cárceles en Panamá, la acumulación de quejas, las moras judiciales, el hacinamiento, malos tratos, mala alimentación y el peligro de exponerse a enfermedades por falta de salubridad son evidentes, no hay respuestas y la cárcel de Aguadulce no escapa a esta cruda realidad.
El hacinamiento en cada celda es enorme, el calor es insoportable, no existe un sistema de ventilación adecuado y el sistema eléctrico hace años atrás colapso.
El defensor del Pueblo de la provincia de Coclé, Paul Bouche, manifestó que con las inspecciones que se realizaron en compañía de funcionarios del Ministerio de Salud (MINSA) se confirmaron las violaciones a los derechos que tienen los privados de libertad en esta cárcel, por lo tanto realizarán todos los informes y diligencias para aliviar el problema.
El mayor Francisco Vergara, jefe de la policía en Aguadulce, acepta que las condiciones de las infraestructuras están obsoletas, inclusive no solo los del penal están afectados, también las unidades policiales sufren las consecuencias.
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