Fue una algarabía con mucha razón de ser. Ni la edad ni el sofocante sol fueron obstáculos para que una multitud de jóvenes católicos, de nueve comunidades del distrito de Capira, se congregaran en la capilla del corregimiento de Cermeño, para conmemorar la Resurrección de Jesucristo, una festividad especial.
Tras una semana de mucha reflexión, en la mente de estos adolescentes quedó el compromiso de predicar a un Cristo vivo con su vida, en cada momento de su existencia. Esta jornada de Pascua inició con mucha animación. Nadie se quedaba estable, pues ante tanto júbilo, estos jóvenes reconocen que sin Dios no son nadie en esta vida, y que sólo Él los puede apartar y fortalecer de las tentaciones.
Reinel González, asesor de la Pastoral Juvenil, expresó que esta celebración pretende renovar en cada joven el amor de un Cristo vivo, pese a las adversidades que toda persona encuentra en su camino, y del cual nadie se libera fácilmente si no tiene a Dios presente. Recordó que en los momentos de dificultad, siempre hay una esperanza.
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