Si es fácil o difícil escribir un libro es relativo. No hay recetas. ¿O las hay?
Dos autores opinan.
La de Ariel Barría Alvarado sería: 5 onzas de deseo, 3 onzas de talento, 2 onzas de preparación.
Luego recomienda agitar muy bien y servir caliente.
Para escribir un libro, según Alberto Cabredo, "Hay que tener qué decir y saber cómo decirlo, sin subestimar al lector, hay que respetar las ideas, porque una vez plasmadas no sólo adquieren vida propia, sino que sobreviven al autor" y hay que respetar al lector".
Lupita Quirós Athanasiadis dice que uno puede inspirarse en una imagen, un olor, un rostro (leer lo que pudiera pensar o sentir), en algo que vio u oyó en las noticias, en un recuerdo; o el origen de una obra puede ser onírico. Entonces es asunto de poner las ideas juntas, de armar la historia, como cuando armas un rompecabezas. Eso sí, sin olvidar asesorarse con expertos.
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