Al menos eso fue lo que aseguró Stephen De Castro, quien se encuentra cumpliendo una condena de 20 años en el Centro Penitenciario La Joya por el homicidio del empresario japonés Takashi Otta, ocurrido en 1992.
De Castro, quien ayer fue escoltado hasta el Hospital Santo Tomás para una revisión médica de rutina, pidió a la Ministra de Gobierno y Justicia que no ignore las situaciones que se registran dentro de los centros penitenciarios. Según De Castro, en varias ocasiones le han negado atención médica en la clínica del centro penitenciario, a pesar de que se mantiene en una condición en la que debe llevar un control diario de su presión. Carlos Landero, director del Sistema Penitenciario, asegura que las acusaciones de De Castro son falsas, ya que se ofrece atención médica oportuna a todo recluso que la requiera.
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