La hora de la despedida llegó en medio de una noche fría y lluviosa en Frankfurt. Pero eso no fue obstáculo para que allá, al otro lado del Atlántico y a miles de kilómetros de distancia de nuestro querido Panamá, nos sintiéramos hermanados y como si estuviéramos con el calor de nuestra gente.

El local escogido por la guía, llamada Lilian, fue el propicio para la última cena. El restaurante "Solo Tango", un rinconcito argentino ubicado en el medio de la ciudad de Frankfurt, fue testigo de la compenetración y el sentimiento de hermandad que embargó a cada uno de los participantes en esta amena gira.

Entre chistes, risas, poemas, cantos, bromas y, por supuesto, deliciosos platos, cada uno expuso su punto de vista sobre la enseñanza que le dejó esta divertida experiencia en Alemania.

Es increíble lo que es capaz de hacer el fútbol. Al final, todos nos percatamos de que las diferencias entre unos y otros sólo las pone el hombre.

Hoy regreso a mi patria con gran satisfacción, pero también con una impresión muy diferente a la que teníamos cuando llegamos al país "bávaro".

La percepción de frialdad que se tiene de los germanos cambió por completo y con gente tan cálida como los guías Nico, Cristina, Matthias, Male, Lilian y Anika, nos dimos cuenta de que Alemania verdaderamente es "Un Mundo entre Amigos".