Su arma es una Biblia. Para Melquíades Gómez, de 60 años, predicar la palabra de Dios es una dicha que no todos pueden tener ni se atreven a hacer.
Cuando apenas tenía 21 años conoció al Señor, que lo sacó de los malos pasos en que andaba y desde ese momento nunca se apartó de su camino.
Este ciudadano compartió que empezó a predicar el evangelio en los "diablos rojos", animado por una hermana de la iglesia. En esos menesteres estuvo tres años.
Ahora predica todos los días con la ayuda de un megáfono y de su amigo Baltazar Vera, en el Parque de Santa Ana.
Para este hombre de Dios, lo más importante es llevar un mensaje de paz y amor a una sociedad cada día más violenta.
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