Cambiaron sus armas por libros. Las zapatillas, la ropa de marca, ni siquiera las prendas, hacen feliz a Eduardo, nombre ficticio de un joven de 20 años que perteneció a la pandilla El Pentágono, ubicada en Santa Ana.
La necesidad y las carencias económicas que había en su casa hicieron que fuera absorbido por esta peligrosa banda cuando apenas tenía 9 años.
Sus dos hijos fueron la inspiración para que él tomara la difícil decisión de dejar a su banda para inscribirse en el programa que desarrolla la Oficina del Casco Antiguo (OCA), que consiste en que ellos terminen sus estudios.
Además de Eduardo, participan otros 24 jóvenes de El Pentágono, que desean cambiar sus vidas para que la gente deje de tratarlos como escoria.
Este curso que ayuda al joven a que termine sus estudios de Premedia y Media, es avalado por el Ministerio de Educación (MEDUCA), además recibe la colaboración de la Alcaldía de Panamá, que facilitó la Biblioteca Municipal Justo Arosemena, que está ubicada en el barrio.
Eduardo no ha pensado qué va a estudiar en la universidad, pero sabe que logrará sus metas, pues quiere que sus hijos puedan salir a jugar a la calle como cuando él era un niño.
Lo que más le afecta es que no puede salir del territorio dominado por la pandilla a la que perteneció, por temor a que sus enemigos acaben con su vida. Reconoce que tuvo muchas cosas materiales y que ahora no puede salir a divertirse como cualquier joven, pues vive prisionero en su barrio. Ahora sueña con graduarse y ser un hombre de bien para su familia y su comunidad.
CLASES
Los muchachos reciben clases los miércoles, jueves y viernes. Además hacen trabajos comunitarios y deportes.
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