La joven, desesperada, contó que el cónsul de Nicaragua en Panamá le prometió que la ayudaría con el viaje, si conseguía lo demás, pero ahora no le contesta.

Fulgencio González, encargado de los servicios funerarios, explicó que los permisos internacionales para trasladar el cuerpo, embalsamiento y demás, cuestan de 2 mil hasta 5 mil dólares, pero abarataron los costos y le regalaron el ataúd.

La Alcaldía sólo ofreció un bono de comida de B/100.00 a lo que la joven respondió: "ni hambre tengo, sólo quiero llevarme a mi madre".