Ellos aseguran vivir en la incertidumbre y es que no han podido volver a sus puestos para saber si algo de allí se salvó. Además, en las neveras hay carnes y otros alimentos que se han descompuesto, causando una mayor contaminación.

Juan Jiménez, secretario general del Sindicato Nacional de Buhoneros, explicó que al menos 50 trabajadores no están recibiendo ingresos económicos, pues laboran en los distintos kioscos y puestos de buhonerías, ubicados cerca del lugar donde se suscitó la tragedia. Pero no hay que olvidar los automóviles que también resultaron con daños.

Los buhoneros piden al Gobierno que les explique qué sucederá con ellos y quién se hará cargo de las pérdidas.

Mientras los trabajadores informales mantenían vía cerrada, dos vehículos de la Unidad de Control de Multitudes llegaron, pero no fue necesario el uso de la fuerza, pues Severino Mejía, viceministro de Gobierno y Justicia, los citó hoy para buscar una solución.