Bajo la lluvia, ellos cargaban sus pertenencias hacia donde familiares o conocidos.

Yesenia Sánchez, una de las residentes, manifestó que lo que están haciendo con ellos es un abuso, porque antes de sacarlos del lugar debieron buscarles soluciones habitacionales.

"Tengo un año y tres meses de vivir aquí, junto a mis tres hijos y un nieto", aseguró Sánchez.

Ella no quiere que les pase otra vez lo mismo, que los ubican en un lugar y después los están desalojando de la noche a la mañana.

Toda la noche del viernes, incluso ayer, el edificio estuvo custodiado por policías. La vigilancia era tan estricta que revisaban a todo aquel que entrara al lugar. Aparte del desalojo, la lluvia les hizo una mala jugada porque les mojó los muebles que, en medio de sus tristezas, llevaban a un lugar seguro.

PROMESA
Los afectados quieren un lugar en donde puedan vivir tranquilos. El MIVI estudia la posibilidad de trasladarlos a Kuna Nega.