Cuando se hace televisión es un arte el saber aprovechar las emociones de la audiencia, sin abusar de ellas.
De esto ya he escrito muchas veces: es un desacierto, una desgracia y hasta una falta de respeto con la audiencia el tamaño de los quemados -en pantalla- de los patrocinadores de los encuentros deportivos, pero si a eso se le suma que aparecen en los momentos más emocionantes del encuentro, se convierte en frustrante; como pasó en pantalla RPC el sábado, en el partido entre Panamá y Estados Unidos. Es tal la exageración del tamaño del quemado que en vez de lograr recordación de la marca auspiciante en la audiencia, lo que causa es molestia.
Para mí no hay término medio a la hora de darle importancia a las fuentes noticiosas. Todas son importantes a pesar que varios narradores y comentaristas erróneamente crean que la fuente deportiva es para gritar, decir o hacer payasadas... (A las pruebas me remito).
Yo soy de los que defiende que un set, aunque sea de deportes, es sagrado. Se cuida y quienes ahí se sientan tienen la obligación con las audiencias de darnos su mayor esfuerzo profesional por lo que tengo que aplaudir el trabajo limpio y sin gritos innecesarios de David Samudio, Nino Mangravita y Celso Bar, aunque les faltó producción gráfica en pantalla que aportara información a la audiencia en el medio tiempo y/o final del partido.
Hacer televisión es un negocio que debe ser rentable, por ello un encuentro internacional tiene, como mínimo, que cubrir los costos por los derechos de transmisión, pero me es imposible hacerme el tonto y ciego con esa cosa tan horrorosamente grotesca en que convirtieron en RPC su set con la marca patrocinadora. Ahí solo faltó que Mangravita y Celso abrieran una cerveza, se la tomaran, dijeran "que rica y fría está mi cerveza..., se 'enfuegaran y de tanta cerveza quedaran bailando passa passa'". Yo sé que la gente que sintoniza un partido donde juega "su equipo" en lo que menos está pensando es en el set, pero visualmente se ve mal, éticamente es conflictivo y envía un delicado mensaje -esto no solo en RPC- de ligar el deporte con el alcohol. Esto, además de un pésimo mensaje porque es en el set, es una incongruencia y contradicción para una empresa que vende una imagen como corporación de apoyo al deporte alejándolos de vicios. ¡Cuidado Estela Villa-Real!
Sumado a ello, en RPC hicieron unos pases a restaurantes y bares con gente que no tenían nada que aportar como Liza Hernández quien dijo "nadie creía que podíamos estar dos a cero". ¡Señores, por Dios!, si se supone que esta dama es contratada para hacer pases desde diferentes puntos donde están sintonizando la transmisión y demostrar el apoyo a 'la marea roja', en qué cabeza cabe decir semejante tontería, ¿Debemos entender que nuestro equipo es tan malo que no puede meter dos goles o que ni ella misma confiaba en ellos? ¿Y Lily Vargas? con unos pases pregrabados, insípidos, sin gracia ni emoción lanzados al aire en los momentos en que la audiencia lo que quería ver es lo que pasaba en directo, no a ella. ¿Y su dizque imagen noticiosa?...arrastrada y pateada como un balón.
Entre el tamaño de los quemados, los pases huecos y mal pautados en momentos claves, sí hubo abuso injustificado de esta pantalla. ¡Ojo con un autogol!
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