Cuando una persona te grita... sonríele, cuando te miran mal... sonríele. Cuando un ser humano te habla groserías, dale las gracias.
Sé que muchas personas deberán estar pensando que estoy loca y que se me volaron los tornillos, pero créanme que mientras esa persona que nos habló feo está que hierve de la ira, nosotros somos felices y nunca sabemos quién puede estar observándolos.
Y esto se los digo, luego de lo que me sucedió en un almacén. Cuando llegué al mostrador, le pedí un producto. Luego le pedí otro y me miró mal y a mí simplemente me dio por reírme. Cuando me moví donde otra chica, la supervisora llega y le dice, se te olvidó cerrar el teléfono y el jefe escuchó cómo trataste a la clienta: "Estás suspendida..." ¡Plop!
Por esto les digo que es mejor sonreír, porque nunca sabemos quién nos está viendo. ¡Suerte! [email protected]
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