"Yo lo tenía todo, y lo he ido perdiendo poco a poco", dijo Juan José Moreira, mirando los escombros de su casa y abrazando a uno de sus seis hijos.
Moreira, desde hace algún tiempo forma parte de la fila de desempleados que abundan en el país. Por eso recordó que cuando trabajaba ganaba bien, y por eso le compró a su familia su refrigeradora, televisor, sillones y hasta sus camas.
Recordó que el martes salió a visitar a su madre, que le da dinero para solventar los gastos; sin embargo, al regresar, uno de los vecinos le dijo, tienes que ser fuerte, mientras le enseñaba cómo había quedado su casa por las llamas.
Hoy, teme ser desalojado del terreno en el que vive desde hace 23 años, porque no pudo pagar los trámites de posesión adquisitiva de dominio.
Indicó que por ahora duerme en un auto, cerca de lo que fue su residencia; mientras que los niños y su esposa lo hacen donde una hermana.
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