¡Sálvese quien pueda! La falta de luminarias, ausencia de señalización y la abundancia de herbazales es el común denominador del área de Hato Montaña, que corresponde a la Autopista de La Chorrera.
¿EXISTIRA LA LUZ?
Cuando se habla del túnel de Hato Montaña, es sinónimo de un cuento de terror. El pánico invade a los conductores, sea de día o de noche; cuando la luz del sol se opaca, el lugar se convierte en la cueva de lobo.
Esta ruta es utilizada por residentes de La Chorrera para acortar distancias y salir a la autopista. Hoy día, por las reparaciones en la "carretera vieja" o Interamericana, el flujo es mayor, aunque sus usuarios sean presa del miedo.
A la carencia de luminarias, tanto en el túnel como en la vía hacia la garita de peaje, que es un peligro, se une la altura del monte, que obstaculiza la visibilidad y que oscurece aún más el área, favoreciendo el ataque de cualquier malhechor que pretenda emboscar a un conductor.
LA CASA DEL TERROR
Para cerrar con broche de oro este cuento, no puede faltar la garita. Este recinto, que pareciera se hubiera hecho de apuro, no cuenta siquiera con un buen techo para guarecerse de la lluvia. Los cobradores y los conductores tienen que mojarse al cobrar y pagar el peaje de 25 centésimos.
Aunado a eso, está la "diligencia" de las unidades policiales, que zonzos de calor se rinden hasta el sueño y en la noche no se mueven ante algún llamado de atención.
LIMPIEZA
Los problemas continúan, porque a lo peligroso de lugar se suma la falta de recolección de la basura.
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