Cada nivel tenía sus actividades. Hubo venta de comidas, globos saltarines, cantantes, bailarines y más. Los que empezaron fueron los estudiantes de preescolar y kinder, quienes conquistaron corazones. Los padres y los estudiantes estaban extasiados; los primeros, por la emoción de ver a sus hijos en tarima, así que las cámaras y videofilmadoras no faltaron; mientras que el estudiantado, procuraba que todo estuviera en orden y saliera como se había estipulado.

Según el profesor Villanueva, la idea de esta feria es que la familia cristobalina se una.