Prisioneras paquistaníes aguardan junto a sus hijos, dentro de su celda en la cárcel de Adiyala, situada en las afueras de Rawalpindi.
Tras años de demandas de organizaciones de derechos humanos, el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, publicó un decreto que concede la libertad a centenares de mujeres, presas por delitos menores.
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