En primera fila estaba su esposa, Esther, y sus hijos, Joaquín Jr. y Yaiseth, junto al resto de sus familiares y amigos, que sí que eran muchos, pues "el maestro" se caracterizaba por su sociabilidad.

Como en los viejos tiempos, vestido con su saco color negro y un micrófono de TVN, fue sepultado el reconocido periodista que amaba las noticias policivas tanto como a su familia.

Un ataúd color plata se convirtió en su última morada, y así, como si estuviera dormido, fue llevado hasta el Jardín de Paz para darle cristiana sepultura.

Las trompetas se escucharon al salir de la iglesia y unos aplausos se hicieron oír. Esto bajo las gotas de lluvia que no fueron impedimento para que se le hiciera una calle de honor que le siguió hasta el camposanto.

DEJO UN SELLO
La frase "Mientras usted dormía" retumbará por siempre en la mente de todo el que lo conoció.