Lamentable. Quejidos era lo único que se escuchaba de la boca de un indigente que tuvo que ser llevado a la Sala de Urgencias del Hospital Santo Tomás.
Un grupo de policías municipales, que rondaba los predios del hospital, lo auxilió, pues el hombre de unos 60 años se quejaba de dolores en el cuerpo y de hambre, lo que le impedía caminar. Ellos se las ingeniaron para utilizar una sábana como camilla y llevarlo para que recibiera atención médica.
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