Parecía extraño, porque esa avenida casi siempre está muy solitaria, aunque nunca faltan sus acostumbrados inquilinos: las palomas y los indigentes, que ayer pasaban inadvertidos debido a la gran cantidad de personas que iba de un lado a otro en busca de algún artículo.

La presencia de hombres, mujeres y niños daba la impresión de que se celebraría un gran acontecimiento en la ciudad, así como el Año Nuevo o la Navidad.

Una de las propuestas es reactivar comercialmente este centro popular de compras, iniciativa establecida en la reapertura de La Central, pero eso no ha tenido que suceder por lo menos este fin de semana, porque hubo mucha gente.