El Vaticano recreará hoy la "milagrosa" nevada que, según la tradición católica, cayó sobre el monte Esquilino de Roma, el 5 de agosto del año 358, para indicar dónde tenía que ser construida la basílica de Santa María la Mayor.
Una lluvia de pétalos de flores blancas y nieve artificial disparada con cañones caerá durante las ceremonias.
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