Tratan de mediar. La muerte de la señora Angélica Virginia Jackson, de 41 años, ha causado tensión en el barrio de El Chorrillo.
Y es que, este homicidio podría ser el detonante de una nueva guerra en el barrio, que por meses se mantuvo en paz.
Para la pastora Dalia Viveros, es preocupante el hecho de que la venganza por la rivalidad entre miembros de pandillas llegue a tocar a personas inocentes, pues las peleas han llegado a lastimar a los familiares de éstos, tal como sucedió con la señora Angélica, quien es la madre de un presunto miembro de banda.
Viveros precisó que al menos se han dado tres casos por venganza este año.
"Siempre los problemas han sido entre ellos (integrantes de bandas), muy poco han sido con la familia, pero se están incrementando", aseveró.
En tanto que, Alberto Petit, director nacional de la Oficina de Desarrollo Social del MIDES, admitió que la situación se ha tornado crítica, es por esto que como Estado están tratando también de servir como mediadores.
El MIDES se puso en contacto con los familiares de Angélica y se comprometieron a brindar ayuda psicológica y apoyo moral para ellos.
BUSCAN LA PAZ
Ante esta incertidumbre, ayer, grupos religiosos, de la Policía Nacional y del MIDES se reunieron en el Parque Amelia Denis de Icaza con seis de los líderes de bandas, esto, para tratar de mediar y evitar que otro hecho de sangre ocurra.
Viveros explicó que los jóvenes involucrados no están de acuerdo con que las madres y familiares sean las víctimas, por lo que al final de la jornada se acordó una tregua de paz.
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