Con un semblante más fresco y relajado, los protagonistas de "La marca del deseo", Juan Alfonso Baptista y Stephanie Cayo, quienes llegaron el domingo a Panamá, realizaron un recorrido por las transitadas calles del país en un bus. ¿Qué? Así es, pero no crean que era un "diablo rojo", no, no, fue en la Rumba bus y los pobrecitos tenían una agenda bastante cargada.
Les voy a contar con lujo de detalles lo que ocurrió desde que se subieron al Rumba bus, hasta que se bajaron a almorzar. Primero les tengo que decir que cuando Stephanie y "El Gato", como le llaman a Baptista, subieron al trasporte que les daría el tour, agradecieron a los que estaban presentes por acompañarlos. ¡Sí, señores! Ustedes saben que en esta clase de vehículos por lo regular lo que sobra es "guaro", bueno, para aclarar cualquier duda, en esta ocasión no fue así, porque lo que había era soda y agua. Pero, ¿a que no adivinan quién pidió en broma y en serio un poco de licorcito? Pues, "El Gato". ¡Nooo!
Sigo con el cuentito. Desde que empezó a sonar la música, Baptista no paró de mover el cuerpo, ya que estaba muy alegre y hasta sacó a bailar a Cayo.
Bueno, al llegar al centro comercial Los Andes para la firma de autógrafos, las personas se detenían a ver quiénes eran los que se encontraban dentro del vehículo y cuando se enteraron de que eran los de la telenovela "La marca del deseo", empezó la euforia.
El "Food Court" del lugar estaba repleto. Cuando se escuchó el sonido de la murga dio aviso a los fans, que con sus gritos recibieron a los actores.
Amigos, la fila para los autógrafos era larga, larga, pero todos aprovecharon y se robaron un beso. ¡Ah! Pero como en todos lados, en esta ocasión la súper fans no pudo faltar, pues subió y Baptista tuvo que ponerle su marca. ¡Ups! Esto sí que no se me puede quedar por fuera, Juan Alfonso y Cayo no eran los únicos que tenían fans, porque nuestros amigochis César Anel y Álvaro Pelufo también firmaron autógrafos y hasta las chicas se desbocaban llamándolos.
Como había que hacer un alto para recuperar las fuerzas, la segunda parada fue en el restaurante Rhinos. La última parada sería en Albrook Mall y la verdad todo quedó espectacular. ¡Marca pa’ rato!
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