Al parecer, el semáforo, ubicado en la intersección de la Avenida de los Mártires con la calle que sube hacia el Instituto Oncológico Nacional (ION), fue derribado por un auto el martes.

Lo curioso es que estando en el suelo el aparato sigue funcionando. Lo malo es que no está visible para los conductores, que tienen que adivinar cuando deben continuar o detener su marcha.

Lo único que sostiene el aparato es un enorme cartucho negro que está lleno de basura.