La orden emitida por la Alcaldía de Panamá se debió a la morosidad en el pago de los impuestos municipales que mantenía el propietario del local y por las innumerables quejas de residentes del área. La orden había sido emitida en julio, pero hasta ahora fue que la Gobernación de Panamá resolvió confirmar la resolución para cancelar la licencia de expendio de licor al establecimiento.

Las quejas de los residentes se fundamentaban en los ruidos excesivos y desórdenes en la vía pública, que fueron confirmados por los operativos de profilaxis que realizaban las autoridades.