Muchos despertaron por los fuertes estallidos. Uno de los puntos que tomaron los soldados norteamericanos, después que atacaron la ciudad capital fue Arraiján, en donde destruyeron el cuartel policial para tomarse la Alcaldía y el Cuartel de Bomberos, donde se establecieron.
Carlos Rodríguez dormía ese 20 de diciembre junto a su esposa y a sus tres hijos. El estallido de las bombas lo hizo saltar de la cama y escuchó a través de un megáfono cuando repetían "que permanecieran en sus casas y que no salieran".
Él esperó que amaneciera para poder ver mejor lo que ocurría y lo asombraron los tanques de guerra, pues su casa está ubicada frente al Cuartel de los Bomberos.
Para movilizarse de un lugar a otro era una odisea. "Al pasar los días, nos enteramos de que habían destruido la garita de tránsito que estaba ubicada en el Control 2 y en donde murió un policía".
Pero a pesar de que era difícil transitar por la vía, Rodríguez sentía que debía cumplir con su vocación de bombero. "Llevábamos a las mujeres embarazadas en unas ambulancias para que fueran a dar a luz al Hospital Santo Tomás. En la carretera para llegar a la ciudad había varios retenes y del nervio, dos de ellas dieron a luz dentro del carro. Mientras que las otras 22 pasaron sin problema. Eso fue durante siete días, después prohibieron el paso de vehículos.
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