Desde antes de la invasión, el Gobierno militar, a través de los diarios que habían expropiado, manejaba toda la información.
Sus primeras planas eran sobre atentados de los gringos contra los panameños, algo que, según el régimen, era una provocación; se acompañaban de comunicados de las Fuerzas de Defensa de Panamá, y una que otra vez, notas de felicitación a los militares por sus cumpleaños.
Las ediciones del 20 de diciembre de los que aún circulaban estaban listas, pero nunca llegaron a las manos de los lectores. Así permanecieron por cerca de dos semanas.
Las noticias sobre la invasión y sus damnificados, de Manuel A. Noriega y su proceso en Estados Unidos, y de los planes del nuevo Gobierno, liderado por Guillermo Endara Galimany no bajaron su intensidad hasta mediados de enero. Además, se publicaron continuamente especiales periodísticos sobre la infancia de Noriega, cómo había ordenado la muerte del mayor Moisés Giroldi y los nexos de panameños con el régimen militar.
DESINFORMADOS
Debido a que los diarios locales no circularon después de la invasión, la población carecía de información, por lo que especuló mucho sobre el paradero del general Noriega y de las acciones del ejército estadounidense.
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