El deseo de mejores días es lo único que las hace sonreír. La señora Alejandrina Ortega, de 60 años, sus tres hijas y su nieta viven en extrema pobreza en la comunidad San Juan de Dios en Los Altos de Tanara, Chepo.
La pequeña casa de la familia Ortega solo tiene zinc en la mitad de la vivienda y cuando llueve la poca ropa que tienen y las dos camitas donde duermen se les mojan. Además no tienen piso de concreto, carecen de los servicios de agua potable y luz eléctrica. En vista de que no tienen una letrina deben utilizar el baño de la pequeña iglesia de este poblado.
Alejandrina sufre de artritis reumatoidea y su hija Ninfa, de 22 años, tiene síndrome de Down, ambas no tienen controles médicos por lo lejos que viven y la falta de dinero. Sus hijos son quienes la ayudan para conseguir algo de comer, aunque la mayoría de las veces se acuestan con el estómago vacío.
Cuando este medio los visitó el olor a sopa de pecho impregnaba la vivienda, al menos se dejó entrever que ese día tendrían para comer.
La pena se percibía en el rostro de los miembros de esta familia. Su pequeña casa y las precarias condiciones en las que viven los hizo sentir vergüenza. A pesar de esto una pequeña sonrisa dibujada en sus rostros reflejaba el deseo de tener mejores días.
PREOCUPADA POR SUS ESTUDIOS
En esta familia está la pequeña Mirian Ortega, de 7 años, a quien le hacen falta útiles escolares. Esta niña, a pesar de su inocencia, siempre tiene una gran sonrisa en su rostro y le preocupa no cumplir con sus deberes escolares.
SOLIDARIDAD
Esta familia pidió que los ayuden a mejorar sus condiciones de vida o simplemente a conseguir un trabajo honrado para las hijas de la señora Alejandrina que está enferma y depende de lo que ellas puedan llevar al hogar.
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