Durante sus 30 años como agricultor, tuvo la suerte de que nunca quedó mal con los préstamos que solicitaba a las entidades bancarias, pero por la falta de apoyo del Gobierno se quedó, este año, sin sembrar cebolla.
Ahora, Norberto Camargo, desde hace dos años, se dedica a atender su pequeño kiosco "Hermanos Camargo", a un costado de su casa para poder mantener a su familia.
"Yo no siembro cebolla, porque los gobiernos nos tienen jodidos, en el sentido que nos traen las cosas de afuera", comentó.
"La mayoría de los cebolleros han dejado de sembrar y no es porque no lo quieran hacer, sino porque no hay préstamo para ellos", agregó Camargo.
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