Se inició, musicalmente, con el fallecido y reconocido folclorista Gelo Córdoba, razón por la cual se siente muy orgullosa.

Según Claudina, "Gelo era una persona muy exigente, de modo que todo aquel que trabajara con él, aprendía mucho".

Para Claudina, cantar música típica panameña es un honor y antes ejecutar esta clase de canto era más difícil, pues había que tener una fina voz y un buen oído para poder acompañar al violín.

Compartió escenarios con Ítalo Herrera y Papi Brandao, entre otros, quienes encontraron en la voz a una de las mejores exponentes del canto típico panameño.

Al preguntarle qué le falta a las nuevas promesas del canto típico panameño, dijo: "Realmente, creo que lo que hace falta es una verdadera vocación del canto, mejor estilo y más dedicación, porque éste es el ingrediente primordial a la hora de dedicarse a cantar".

Aunque ya no es una jovencita, es un gusto escuchar a Claudina cantar, pues conserva una claridad de voz y un estilo propio de salomar, que produce una emoción y le transmite ese olor a campo y el sentir del campesino.