El legendario Pelé puso a rodar ayer, con dos días de anticipación, el balón del Mundial 2006 ante una Puerta de Brandeburgo abarrotada de berlineses y visitantes, en una multitudinaria fiesta con mucho sabor brasileño.
Con frases de saludo de "Obrigado, Danke schon" y "I love you", Pelé fue aclamado por más de 200.000 asistentes a la fiesta de Berlín y, tras proclamar que "Brasil tiene el mejor equipo", lanzó a rodar uno de los balones del Mundial en dirección al público.
La estrella brasileña no estaba solo sobre el escenario instalado ante el emblemático monumento, ahí estaban también otras glorias del fútbol, como Bobby Charlton y Paul Breitner, que a su vez lanzaron sus balones a los asistentes.
Tampoco estuvo solo en su apuesta por Brasil, entre el público dominaban los aficionados de este país, con banderas y camisetas con los colores de la selección nacional, sin olvidar el apoyo de los anfitriones alemanes, al parecer, también convencidos de la superioridad de los favoritos.
La fiesta ante la Puerta de Brandeburgo es una especie de gala de compensación, después de que la FIFA cancelase la ceremonia prevista en el estadio olímpico berlinés, por recelos sobre cómo quedaría el césped.
Además de la presencia de Pelé, otras leyendas del fútbol y el alcalde gobernador de la ciudad-estado, Klaus Wowereit, quien, por supuesto, proclamó que Alemania sería la vencedora, la fiesta contó con abundantes actuaciones musicales.
Simple Mind, Nelly Furtado, Andrea Bocelli y el grupo alemán, Sportfreude Stiller -entre cuyos éxitos se encuentra una pieza en honor a Roque Santa Cruz-fueron algunos de los participantes en el espectáculo.
La fiesta de Berlín es, además, antesala de la denominada "Milla del Aficionado", el trayecto de 2, 5 kilómetros de la Avenida 17 de Junio, de la Puerta de Brandeburgo a la Columna de la Victoria, consagrado a vivir el Mundial.
En ese largo tramo, cortado al tráfico en las cuatro semanas del Mundial, se han instalado escenarios, pantallas gigantes, puestos de comida y bebida y atracciones.
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