Shebelut y su esposa Sindia y sus perros Rocko y Oro.
Rosangélica Conte
| DIAaDIA
"La mesa está servida", es uno de sus afamados pregones que utiliza para decir que inicia un partido de fútbol; pero en esta historia no hay balones ni mucho menos delanteros ni mediocampistas para que él grite "se abrió la puerta del gol".
Esta vez fuimos nosotros los que le realizamos su "tun tun tun" para tocar la puertas de su residencia, donde nos recibió con la mesa servida, brindado de entrada los temas de José José, de plato fuerte un partido de fútbol y como gran postre las películas de Bruce Lee.
Julio, el último de los Shebelut en Panamá, se une a las Curiosidades del Chollywood, pero no para mostrar su colección de zapatos y relojes, sino su pasión por las películas, discos, fútbol y su familia.
EN BUSCA DE SU FAMILIA
"Creo que fui veterinario en mi otra vida, si el patio hubiese sido más grande tendría 20 perros", aseguró Julio mientras agarraba a uno de sus dos caninos para que pudiésemos entrar a su casa. Oro no paraba de ladrar, es French poodle y según contó su esposa, lo compró cuando estaba en la Copa de Oro de 1996, pensando que era un Cocker. El otro, sí es un Cocker y se llama Rocko y como un padre orgulloso, nuestro entrevistado mostró algunos de los trofeos del perrito. Shebelut no tiene hijos, a pesar de haber cumplido el pasado 6 de junio 10 años de casado. Él asegura que los niños están por venir y le gustaría que fueran mujeres.
Con unas galletitas que le dio Sindia, su esposa, los perritos se tranquilizaron y la entrevista comenzó a fluir. "Nací el 12 de diciembre de 1971 en el Hospital Manuel Amador Guerrero de Colón", manifestó el dueño de la placa "La Furia de la cédula 3.
Y es que en la vida de Chester, como lo llaman sus amigos, todo es curioso. Nos confesó que su abuelo paterno es alemán y su abuela es de Martinica, Francia, se conocieron en Colón, de ahí nació su padre; pero tiempo después su abuelo se va y más nunca lo volvieron a ver. Julio jamás lo conoció, pero hace poco se enteró de que su abuelo llevó su apellido a California y dentro de sus planes esta en viajar a conocer a su familia, ya que es el único Shebelut que queda en Panamá, luego de la muerte de su papá y de su hermano.
SU VERDADERA PASION
A los seis años, Shebelut se muda a Panamá, a Los Andes, junto a sus padres, pero aún así viajaba todos los fines de semanas a la Calle 16 Colón, donde vivía su abuela; asegura que allí nació su pasión por el fútbol. "Al lado de la multi vivían los Delys, quienes eran mayores que yo, pero nos pasábamos birriando en la canchita" dijo. Otro de sus vecinos en Colón era Ness, con quien rapeaba de vez en cuando, pero sabía que él no había nacido para eso.
Julio jamás jugó profesionalmente, ya que prefería ser dirigente, y desde muy temprano comenzó a organizar ligas. Su pasión por el fútbol lo llevó a entrar a la radio cuando apenas estaba en la secundaria, hoy tiene 20 años de pertenecer a los medios de comunicación y ha cumplido grandes sueños; es productor ejecutivo de dos programas en la televisión y un programa en Súper Q, además de emitir opiniones de fútbol en La Exitosa.
Pero no crean que su amor por la radio nació de la nada, asegura que su padre, quien también era un reconocido pintor, fue una de las voces fundadoras de la emisora Stereo Bahía, ubicada en Colón.
Shebelut no sólo heredó de su padre el amor por la radio sino también el arte de pintar, aunque no lo hace muy a menudo. Chester recordó cuando en las escuela los profesores pensaban que era su padre quien le hacía los dibujos. Es más, dice que en los concursos de dibujo tenía que realizarlos enfrente de los jurados, para que le creyeran. También nos confesó que le gusta hacer caricaturas.
MAS QUE UN COLECCIONISTA
Cada una de las esquinas de su residencia, en Villas de Camino Real, es testigo de las pasiones de este comentarista de fútbol, el único deporte del cual se confiesa fans, los demás no lo matan.
En una de las paredes de la sala adornaban los cuadros de su padre, muy seguido de algunas imágenes de la Virgen de Guadalupe, ya que el nació el día dedicado a esta virgen.
Otras de las paredes de los cuartos se convierte en un altar de fútbol, un homenaje a sus 20 años viviendo esta pasión. En esta pared sobran fotos y recortes de Maradona, su gran ídolo. Además de otros futbolistas que ha conocido en los más de 20 países que ha visitado, gracias al fútbol.
Mientras que en su oficina más de mil películas le roban un espacio, al igual que varios póster de Bruce Lee y de la película "Cara cortada", su preferida.
También guarda muchos discos, de todos los géneros. Asegura que por horas puede escuchar a José José y temas cristianos, aunque él y su familia son muy católicos.
Con una sonrisa picara aseguró que las dos única mujeres que le roban el sueño después de su esposa es Beyoncé y Sofía Vergara, y lo más cómico es que Sindia lo sabe.
RUMBO AL KARAOKE
Luego de participar en Bailando por un Sueño, decisión que tomó por no decirle no por segunda vez al canal, ahora participará en el Karaoke de Estrellas. Una sonrisa contagiosa brota de sus labios, confesó que tampoco es profesional del canto, al igual que tampoco le gustaba bailar, pero hizo su máximo esfuerzo. "Cantaré una canción de Sandro, no sé, pero voy a cantar" manifestó.
Su familia lo apoya, aunque en un principio no querían que se metiera en Bailando por un Sueño, ya que él no sabía bailar, pero aún así no lo dejaron solo.
Según su esposa, él es un hombre muy familiar que prefiere estar en su casa, antes que en un evento social. Para él un día perfecto es pasear con su esposa y su familia.
SE VA DE PANAMA
Aunque apenas tiene 36 años, asegura que antes o después de los 40 años, quiere irse de Panamá a realizar un programa de televisión en España o Estados Unidos, ya que esta profesión es mejor remunerada en otros países.
"Es hora de picar algo", interrumpió su esposa invitándonos a comer unos tacos. Y es que las horas se habían pasado y ni cuenta nos dimos. Bueno, acabamos de regresar forzosamente de un viaje por Colón, recorriendo sus calles a puntas de recuerdos, de gente que todavía lo aprecia y no olvidan que él es cédula 3. ¡Qué Chollywood!