Para romper el círculo de la pobreza es enteramente necesaria la educación. Sólo algunos son capaces de descubrirlo y Paula Mecha, afortunadamente es una de ellas.
Paula es chepana, sí, pero también es una indígena emberá de la comunidad de Martilambo. Hoy, una buena parte de la población en pobreza extrema son indígenas, pero ella no quiere que sus hijos pasen lo mismo que ella.
A Paula no le quedó más remedio que verse sumida en la cotidianidad y así se hizo mujer y se quedó sin estudiar. Explica que su madre no se preocupó por mandar a sus hijos a la escuela. Eran 10 hijos en total, uno de ellos murió; sin embargo, dice Paula que la mayoría de sus hermanas no saben leer. Confiesa esta indígena que esa falta de educación la hizo crecer con miedo en Ipetí.
IMPUSO EL CAMBIO
Madre de cinco hijos, Paula fue una de las beneficiarias de el programa de alfabetización. En el distrito de Chepo, la gran mayoría de beneficiados eran indígenas, emberá y kunas. "Yo me siento alegre porque aprendí más", dijo Paula, al preguntarle como se sentía con este logro en su vida. Al principio, tenía miedo, pues no sabía que era lo que iba a escribir.
SUS HIJOS: EL MOTIVO
Uno de los impulsos que Paula tuvo para estudiar fueron sus hijos. Ella asegura que se ha preocupado mucho porque sus hijos vayan a la escuela y aprenden y no le pase lo mismo que a ellas. "Quiero que aprendan más que yo", dijo esta madre. Paula y sus hijos ven pasar sus días allá en Martilambo.
LOCALIZACION
Ipetí está a 1 kilómetro de la carretera Panamericana, al norte de Darién. |